Cuando en los teatros y circos ambulantes triunfaba el espectáculo de la mujer sin cabeza

Conocidos como ‘Freak Show’ a lo largo
de muchísimas décadas triunfó un tipo de espectáculo que se basaba en mostrar
al público una serie de personajes que eran fenómenos fuera de lo común.

Ciscos ambulantes y salas de teatro que se llenaban con los
seres más variopintos: gigantes, mujeres
barbudas, forzudos, siameses, personas con malformaciones o prodigios de la
naturaleza o la ciencia como ‘la mujer sin cabeza’
.

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‘Freak Shows’
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Me voy a centrar en este post en el de ese último personaje,
debido a que además de ser de los que más triunfó durante una época también fue
uno de los que echaba mano a la técnica del engaño y efectos ilusorios.

Bajo el nombre de Olga, the Headless Girl’ (Olga,
la chica sin cabeza) los espectáculos de un buen número de poblaciones europeas
y gran parte de los Estados Unidos mostraban a una mujer joven, de cuerpo esbelto
y a la que le faltaba la cabeza. Se encontraba sentada en una butaca y de su
cuello salían una serie de cables y tubos que iban conectados a varias máquinas.

Ellas podían mover sus brazos y piernas e incluso podían hablar
y mantener una conversación con el científico (que era un tipo con una bata
blanca, pero que en realidad era uno de los actores del circo) que la atendía y
que iba explicando al público la terrible historia de aquella muchacha y cómo
había perdido la cabeza por culpa de un terrible atropello de un tren.

Pero también explicaba, con todo un halo de misterio, cómo
la ciencia había conseguido inventar un artilugio con el que mantenerla con
vida.

Hoy en día todo esto nos parecería hilarante y hasta
ridículo pero a finales de la década de 1930 y gran parte de 1940 era algo que
dejaba boquiabiertos a los espectadores, en un tiempo que gran parte de la
ciencia era más ficción que realidad.

Evidentemente se trataba de un ingenioso truco de
ilusionismo en el que el cuerpo de la joven era totalmente real y su cabeza
quedaba escondida tras una serie de elementos que, gracias a unos espejos colocados
de manera estratégica, daba la apariencia de que la muchacha estaba realmente
decapitada.

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Aunque el nombre común para la mujer sin cabeza solía ser ‘Olga’ y la estructura del espectáculo prácticamente
la misma, con el tiempo otros empresarios circenses comenzaron a añadirle nuevos
elementos que hiciera más visual o sorprendente el show, dándole cada uno un
nombre diferente a la protagonista, de ahí que podamos encontrar información sobre
una tal ‘Tina’ e incluso con el
apelativo de Mademoiselle Yvette’.

Muchos fueron los
empresarios circenses que se atribuyeron la paternidad del show de la mujer sin
cabeza y aunque no se sabe a ciencia cierta dónde se realizó el primer
espectáculo de este tipo, hay algunas constancias de ello en Alemania e
Inglaterra durante el año 1937 (no se puede determinar cuál de los países fue
el pionero). De ahí viajó a otros países y cruzó el Océano Atlántico dirección
los Estados Unidos, donde fue llevado por un buen número de circos.

Donde triunfó el show fue en
la presentación que se realizó en la Feria Mundial de Nueva York, celebrada en
1939, y que estaba dedicada a los avances científicos, tecnológicos y al futuro
en general (en esa exposición también se presentó los primeros robots).

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Clayton Rawson, célebre escritor especializado en novelas de
misterio y crimen, aprovecho el éxito que el show de la mujer sin cabeza estaba
obteniendo en la Exposición de Nueva York para publicar una novela policiaca titulada
‘The Headless Lady’
y cuya trama versaba en un asesinato que se comete en un circo en el que se
representa dicho espectáculo.

Empresarios circenses tan
importantes (y dedicados al ‘Freak Show’) como Robert Ripley o Harry Lewiston lo
añadieron a sus espectáculos (sobre todo Lewiston le añadió algunos cambios
sustanciales.

Según fueron avanzando los
tiempos el show de la mujer sin cabeza se fue quedando obsoleto y comenzó a
desaparecer paulatinamente. En la década de 1980 todavía quedaba algún pequeño
circo que lo incorporaba como algo vintage, pero hoy en día es prácticamente
imposible verlo en algún espectáculo, aunque hay constancia que en el famoso
festival de rock ‘Ozzfest’ celebrado anualmente en Estados Unidos se incorporó
ese show en el año 2002.

También se puede encontrar
alguno de esos artilugios en
venta a través de internet y por la nada barata cantidad de 6.500 dólares
.

Fuentes de consulta e imágenes: sideshowworld / abbottmagic / vintagenewsdaily / vintag / dangerousminds
/ stufftoblowyourmind
/ Wikipedia
/ gettyimages