Las ciudades y túneles subterráneos construidos bajo los pies de los británicos

Los bombardeos sobre la ciudad de Londres y otros puntos estratégicos de Gran Bretaña, durante la Segunda Guerra Mundial, llevaron al gobierno británico a diseñar una red de túneles en el subsuelo de la capital en el que poder instalar una base operativa militar a salvo de las bombas.

Un sistema de refugios subterráneos que estaban vinculados a la red de metro construida a principios del siglo XX y cuyos accesos se realizarían a través de las estaciones. Fueron equipados con todo lo necesario para tener adecuados servicios sanitarios, literas colocadas en batería, cocinas y aquello más imprescindible para pasar largas temporadas. En un principio se pensó en que tuviese una capacidad cercana a las diez mil personas, pero finalmente se habilitó para albergar a un máximo de ocho mil.

Durante los dos últimos años de la IIGM los túneles fueron utilizados por el MI6 (BBC)

Se diseñaron varios túneles que recorrerían varios kilómetros bajo las céntricas calles londinenses, pero algunos de ellos tuvieron que ser cancelados, tras iniciarse las obras, al comprobar que los cimientos de varias edificaciones podrían verse afectadas, entre ellas los de la catedral de St. Paul.

Los túneles tenían el objetivo de convertirse, aparte de ser un refugio ante los continuos bombardeos, en un centro de operaciones en el que poder despachar en tiempo de contienda, pero con el firme propósito de ser totalmente aprovechables en tiempo de paz, instalando allí un archivo de documentos secretos y una central telefónica gestionada por la compañía BT.

Hasta esas dependencias subterráneas se trasladaron un gran número de documentos y aparatos de comunicación, desde el que se podría seguir gestionado el papel del ejército ingles en la guerra.

Centralita telefónica del cuartel general de Eisenhower bajo Londres en 1942 (subbrit)

Cuando fueron terminados los túneles bajo la estación de Goodge Street, hacia finales de 1942, se aprovechó el lugar como cuartel general de los soldados norteamericanos que llegaron hasta Londres bajo el mando del general Ike Eisenhower.

Durante los últimos dos años de la IIGM los túneles fueron utilizados como centro de operaciones por el MI6, pero tras finalizar siguieron funcionando como centro de comunicaciones de la compañía telefónica y se albergaron cerca de dos mil toneladas de libros y documentación oficial colocados en más de 20 kilómetros de estanterías que recorrían el subsuelo londinense. La compañía BT fue la propietaria de los túneles hasta el año 2008 en el que decidió ponerlos en venta.

Pero este no es el único ejemplo de construcción subterránea que se realizó bajo los pies de los británicos, ya que el posterior temor a un ataque nuclear, durante los años en los que duró la Guerra Fría, llevaron a realizar en varios puntos del país un buen número de bunkers que se diseñaron como si fuesen autenticas ciudades subterráneas y en las que no faltaba de nada.

Zona de ocio con billares incluidos en los túneles subterráneos (BBC)

Bajo la ciudad de Corsham, una población a 165 kilómetros de distancia al oeste de Londres, se construyó una ciudad secreta que albergaría (en caso de ataque nuclear) al gobierno en pleno, cúpula del ejército y altos funcionarios, hasta un tope máximo de 4.000 personas.

Estaba equipado con un hospital, una central telefónica, unos completos estudios de televisión de la BBC desde donde el Primer Ministro pudiese dirigirse a la nación e incluso el típico pub londinense, en el que poder seguir manteniendo el estilo de vida característico de los ingleses.

A pesar de que nunca tuvo que ser utilizado y la Guerra Fría se dio por acabada en 1991, el Ministerio de Defensa británico sigue manteniendo las instalaciones de esta ciudad subterránea como medida de seguridad ante un hipotético ataque nuclear sobre el Reino Unido.

Uno de los planos de la red de túneles bajo Londres (subbrit)

Fuentes de consulta: subbrit / elbauldejosete / bbc