Cuando uno llega al complejo del Rockefeller Center con ánimo de subir al ‘Top of the Rock’, la parte más alta en la que se encuentra el mirador del mítico Edificio RCA (actualmente GE Building), se encuentra en el vestíbulo con un pequeño set en el que hay colocada la réplica de una viga de acero y donde el visitante puede tomarse una fotografía (previo pago de unos cuantos dólares) para recrear una de las imágenes más famosas que existen y que, tras 80 años, se ha convertido en un verdadero icono de la ciudad, representando no sólo al edificio sino al Nueva York de los años 30, en el que un gran número de empresarios levantaron muchos de los insignes y famosos rascacielos que hoy en día coronan la Gran Manzana.
El 2 de octubre de 1932, el suplemento dominical del New York Herald Tribune publicaba una fotografía realizada durante el tiempo de descanso de un grupo de obreros que estaban trabajando en la construcción de ese complejo de rascacielos y que se habían sentado a tomar su almuerzo sobre una viga, a más de doscientos metros de altura (en el piso 69).
La instantánea bautizada como «Lunch atop a Skyscraper» (Almuerzo en lo alto de un rascacielos) dio la vuelta al mundo, convirtiéndose rápidamente en una de las fotografías más famosas de la historia. Una de las claves para hacerse tan popular fue el tono improvisado que presentaba la estampa, en la que once hombres aparecen sentados sobre la viga, con los pies colgando y departiendo relajadamente durante su tiempo de descanso para comer.
Pero ¿realmente los trabajadores fueron fotografiados de una manera improvisada y espontánea o tras esa pose se encontraba todo un trabajo escenográfico y ensayos como si de unos modelos publicitarios se tratase?
Coincidiendo con el 80º aniversario de la fecha en la que fue tomada la fotografía (20 de septiembre de 1932) muchas son las voces discrepantes que aseguran que detrás de ese icono fotográfico se encuentra una campaña publicitaria encargada por el propio John D. Rockefeller, propietario de los edificios y uno de los hombres más ricos del mundo en aquel momento.
Por aquel entonces no era costumbre el asignar la autoría de las fotografías, si estas estaban realizadas por fotógrafos enviados por una agencia (o sea, no eran freelancers), como es este caso, y no fue hasta la década de los años 50 en que se dio a conocer el nombre de Charles C. Ebbets como autor de la famosa instantánea, aunque a lo largo de muchos años se le asignó a Lewis Hine, otro insigne fotógrafo de la época y que también participó (junto a otros) en la sesión fotográfica organizada por el multimillonario propietario del edificio.
El hecho de que fuesen varias las fotografías tomadas al grupo de trabajadores en las que estaban colocados en distintas posturas (sentados mientras almorzaban o tumbados sobre la viga durmiendo la siesta son las más conocidas) y que cada una perteneciese a una agencia diferente, ha hecho despertar un debate sobre quién fue realmente el autor de cada una, teniendo también en cuenta que ese 20 de septiembre varios fueron los fotógrafos que se encontraban en aquel lugar.
En 1995, Corbis Images adquirió los derechos sobre las fotografías, teniendo en su poder el negativo del famoso «Lunch atop a Skyscraper», el cual se conserva en un pésimo estado, pero del que se hicieron múltiples copias.
Como dato anecdótico, muchas son las personas que habitualmente confunden el lugar en el que se tomó la mítica fotografía, creyendo que fue hecha en el Empire State Building, cuando en realidad se trataba de uno de los 19 edificios que componen el complejo del Rockefeller Center.
Fuentes de consulta: dailymail / photographers-blog