Rigoberta Bandini, Delacroix y un pequeño, pero muy común, error histórico

En los últimos días el término ‘Delacroix’ ha sido uno de los más citados en las redes sociales, convirtiéndose en viral y estar en lo más alto del Trending Topic mundial; todo ello a raíz de ser mencionado en la canción ‘Ay, mamá’, de Rigoberta Bandini, que participó en el pasado ‘Benidorm Fest’ donde se iba a elegir quién representaría a España en el ‘Festival de Eurovisión 2022’ y en que la propuesta presentada por esta cantante y artista barcelonesa (su verdadero nombre es Paula Ribó González) fue una de las preferidas del público desde el primer momento.

El tema ‘Ay, mamá’, de Bandini, hace mención en varias ocasiones a Delacroix, apellido del pintor francés, del siglo XIX, Eugène Delacroix, quien se hizo enormemente célebre a raíz de pintar uno de su cuadros más icónicos y que lo catapultaron a la fama: ‘La Libertad guiando al pueblo’ (La Liberté guidant le peuple) y que actualmente podemos contemplar en el Museo del Louvre de París.

La canción de Rigoberta Bandini se ha convertido en todo un himno reivindicativo y en una alegoría al feminismo y empoderamiento de la mujer, clamando por sacar al descubierto un pecho, esa parte de la anatomía femenina que tanto asusta a según qué sectores conservadores, machistas y retrógrados y que es continuamente censurado en las redes sociales.

Pero esta mención a Delacroix y el mensaje que hay tras la canción están algo alejados del verdadero significado que le quería dar el pintor francés a la más universal de sus obras.

El cuadro fue pintado, en 1830, como una clara representación de la lucha del pueblo contra la tiranía y absolutismo ultraconservador del rey Carlos X, en la revuelta ciudadana que tuvo lugar en Francia, entre el 26 y el 29 de julio de aquel mismo año, y en la que se consiguió expulsar al monarca del trono, tras aprobar éste un decreto por el que suprimía el Parlamento de la nación, además de intentar restringir la libertad de prensa.

La pintura de Delacroix representaba al pueblo de París levantado en armas contra su absolutista rey y en el que la figura principal del cuadro es una mujer (conocida comúnmente como Marianne) portando la bandera francesa en una mano, un fusil con bayoneta en la otra y dejando el pecho al descubierto. Junto a ella varios hombres y un niño, también armados, y el suelo sembrado de cuerpos de muertos y heridos.

Pero así como a lo largo de los casi dos siglos que han pasado (desde que fue pintado el cuadro ‘La Libertad guiando al pueblo’) se ha tenido el convencimiento que éste era una representación de la ‘Revolución francesa’ de 1789, en realidad Eugène Delacroix no se inspiró en ese momento histórico de su país, sino en el que se estaba viviendo en aquel mismo instante en las calles de París (1830) con la revuelta ciudadana conocida como ‘las tres gloriosas’ (Trois Glorieuses), debido a los tres días en que duró dicho levantamiento popular.

Además, el personaje central de la pintura (Marianne) no simboliza la lucha feminista o el empoderamiento femenino, ya que esta era una representación de la ‘madre Tierra’, no como mujer, sino como lugar común de todos los seres humanos.

La mayoría de expertos apuntan que Delacroix se inspiró para tal figura femenina de su cuadro (que no feminista) en Niké, la diosa de la victoria (de la mitología griega) y el hecho de haber una sola mujer en todo el cuadro (no aparece ninguna otra ni tan siquiera entre los que yacen en el suelo ni los que están al fondo sublevándose) da mucho más énfasis a esa alegoría hacia el concepto materno de la Tierra y no al género femenino.

Fuente de la imagen: Wikimedia commons

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