El movimiento de
sufragistas, colectivo que se manifestaba y luchaba para conseguir el voto
femenino, entre otras muchas reivindicaciones, se inició a partir de la segunda
mitad del siglo XIX, tomando una gran repercusión y fuerza una vez ya entrados
en 1900.
Muchas fueron las mujeres que encabezaron esas demandas
hacia la igualdad de derechos y
largo ha sido el camino para que la sociedad comience a estar concienciada de
ello (algo que todavía no se ha conseguido en su totalidad y que está haciendo
que el movimiento feminista esté en los últimos años mucho más reivindicativo
que nunca).
Pero centrándonos en aquellas pioneras que, hace alrededor
de un siglo, lo dieron todo por conseguir ya no solo el voto femenino sino universal para todas las personas (sin tener en
cuenta el género o procedencia racial) he querido resaltar en este post a media
docena de mujeres latinas
consideradas como precursoras del voto femenino.
Julieta Lanteri,
sufragista ítalo-argentina
Julieta Lanteri es señalada como la primera mujer latinoamericana que consiguió ejercer el voto
(en 1911). Nació en 1873 en Briga Marittima, una pequeña población de la provincia
de Cuneo (al noroeste de Italia) colindante con la región francesa de Provenza-Alpes-Costa
Azul (y, de hecho, desde 1947 esta población forma parte de una comuna francesa
y es conocida como La Brigue). El hecho de su procedencia ha hecho que muchos
historiadores no la destaquen como una activista pionera hispanoamericana pero
sí bajo el apelativo de latinoamericana (un sutil matiz que hizo que el
reconocimiento como primera mujer de origen hispano en votar no se le otorgara
a Julieta Lanteri sino a la ecuatoriana Matilde Hidalgo, quien ejerció el voto en 1924 y de quien ya
os hable en un anterior post).
[Relacionado: Matilde Hidalgo, la primera mujer
hispanoamericana que pudo votar]
Lanteri fue una reconocida feminista que estudió la carrera
de medicina (cuando ésta estaba vetada a las mujeres) y fue una de las
precursoras del Congreso Femenino
Internacional celebrado en Buenos Aires en 1910.
Durante la actualización del
censo electoral de cara a las elecciones municipales de 1911 consiguió que se
le incluyera en el padrón, debido a que en las bases de éste no se hacía
referencia a sexos, sino a ciudadanía. Logró que la justicia le diera la razón
para ser incluida y, por tanto, pudo ejercer el voto.
Elvia Carrillo Puerto, la incansable sufragista
mexicana
En México se reconoció el derecho
al voto para las mujeres en 1947 pero no fue hasta seis años más tarde, el 17
de octubre de 1953, cuando realmente prosperó la reforma constitucional que aprobaba
el sufragio universal y, por tanto, las facultaba para votar.
Detrás de dicha consecución
estaba la lucha incansable de Elvia
Carrillo Puerto, una sufragista nacida en 1878 en Motul (Península de Yucatán)
y que a lo largo de más de medio siglo se dedicó en cuerpo y alma a trabajar
para los más desfavorecidos (provenía de una acaudalada familia), a promulgar
las consignas feministas y ser representante de las mujeres en varios
estamentos políticos de México.
Quizá su fama quedó algo
ensombrecida por la personalidad de su hermano Felipe, quien fue gobernador de
Yucatán hasta que fue asesinado por militares, en 1924. Desde un año antes Elvia
ejercía como diputada y, a pesar del asesinato de su hermano y varias amenazas
de muerte que recibió, prefirió seguir en su cargo.
[Relacionado: El origen e historia del
derecho al voto de las mujeres]
A pesar de haber sido
elegida diputada y ocupar algunos puestos de responsabilidad, es curioso comprobar
cómo el veto al voto femenino siguió durante tres décadas más en su país.
Elena Caffarena, referente por la emancipación
de la mujer en Chile
Conocida como ‘Ley nº 9292’, el 8 de
enero de 1949 se promulgaba en Chile la ley que aprobaba en el país el
sufragio femenino.
Tras dicha
aprobación se encontraba el trabajo reivindicativo de Elena Caffarena, uno de los referentes más importantes del país en
cuanto a las reivindicaciones por la igualdad y emancipación de la mujer.
Durante
tres décadas, desde que comenzó a militar en movimientos estudiantiles en 1922,
a la edad de 19 años, Elena Caffarena lideró la lucha feminista y consiguió
alcanzar cotas profesionales prácticamente imposibles para una mujer en su
época (en 1926 se tituló como abogada, siendo una de las primeras mujeres
juristas de Chile).
[Relacionado: El día que las mujeres
votaron por primera vez en España]
Una
década más tarde fundaba el Movimiento Pro-Emancipación de las Mujeres de Chile,
la primera ONG con reivindicaciones políticas femeninas del país que luchó por
la igualdad de género, el sufragio universal y la emancipación económica y
política de la mujer.
Berta Lutz, la más
internacional de las sufragistas latinoamericanas
Hijas de
un médico suizo y una enfermera británica, Berta
Lutz nació en Sao Paulo y pasó gran parte de las dos primeras décadas de su
vida a viajar por Europa y Estados Unidos.
Conoció a
un gran número de sufragistas internacionales, quienes le inculcaron los
conocimientos de ese movimiento que lideró en Brasil a partir de 1922, cuando
volvió a su país natal tras estudiar ciencias naturales en la Sorbona de París
(se especializó en zoología).
[Relacionado: Clara Zetkin, la gran impulsora del Día Internacional de la Mujer]
Representó
a las sufragistas como vicepresidenta de la sociedad Panamericana y llegó a ser
diputada federal en 1934, dos años después de que se aprobara el decreto
nacional por el que se concedía en sufragio femenino (fue una de las grandes
impulsoras para conseguirlo).
Ofelia Uribe, la voz
insurgente del feminismo colombiano
Ofelia Uribe nació en Oiba, una
pequeña población del departamento de Santander en el noroeste de Colombia, el
22 de diciembre de 1900, dentro de una familia numerosa llena de hombres y en
la que junto a su madre eran las únicas mujeres. A pesar de la época en la que
creció, en su casa nunca se ejerció ningún tipo de heteropatriarcado tanto por
su padre como por sus hermanos, siendo educada de una forma liberal y con los
mismos privilegios y obligaciones que los miembros varones de la familia.
Eso infundó
a Ofelia su espíritu reivindicativo hacia la igualdad entre géneros para el
resto de mujeres. Si ella había podido vivir toda su infancia y juventud en la equidad
con los hombres sabía que reeducando las convicciones de la sociedad se podría
conseguir la ecuanimidad.
Por tal
motivo se involucró en la lucha feminista de la primera mitad del siglo XX en Colombia,
convirtiéndose en una de las mayores voces insurgentes (de hecho en 1963
publicó un libro titulado ‘Una voz insurgente’).
[Te puede
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ministra que en 1936 se atrevió a despenalizar el aborto en España]
En 1930 el
recién elegido Presidente de la República, Enrique Olaya, prometió a Ofelia
Uribe que una de sus prioridades de su mandato sería el reconocimiento de los
derechos de la mujer y el voto femenino. Pero dicha promesa política fue
incumplida ya que el sufragio no fue aprobado hasta un cuarto de siglo después,
cuando en 1954 fue reformada la constitución, aunque realmente no se reconoció
oficialmente el sufragio femenino hasta diciembre de 1957.
María Jesús Alvarado, una
precoz y pionera feminista en Latinoamérica
María Jesús Alvarado nació en 1878 en Chincha,
al oeste de Perú, y con tan solo 11 años de edad escribió y pronunció su primer
discurso, el cual debía de ser como homenaje a la clausura del curso escolar (a
esa edad las niñas debían de dejar los estudios obligatoriamente) y se
convirtió su alocución en todo un alegato reivindicativo (a pesar de su corta
edad).
No pudo
seguir estudiando y lo hizo de forma autodidacta, al mismo tiempo que se
implicaba en los primeros movimientos sufragistas y pro-derechos humanos de
Perú.
No solo defendió
el derecho al voto e igualdad de las mujeres sino que también se involucró en
la ayuda con los indígenas y la infancia. Al mismo tiempo escribía artículos en
varios diarios (gracias a la inestimable ayuda de uno de sus hermanos que había
conseguido llegar a ser Catedrático).
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un cargo político en un gobierno]
Fue en
1957 cuando se aprobó el sufragio femenino en Perú, pero se hizo con una serie
de condiciones que dejaban fuera del censo a la inmensa mayoría de las
ciudadanas peruanas: para poder votar era obligatorio saber leer y escribir.
Esto llevó a que se realizaran granes campañas desde los movimientos feministas,
encabezados entre otras por María Jesús Alvarado, para facilitar el acceso a la
educación a las mujeres. No fue hasta dos décadas más tarde, en 1979, cuando el
voto femenino fue total en Perú.
Fuente de
las imágenes: Wikimedia commons