Gustav Völpel, el delincuente alemán que fue contratado como verdugo para ejecutar a los nazis tras la IIGM

Tras el triunfo de los Aliados en la Segunda Guerra Mundial y poner fin al conflicto bélico que duró
entre septiembre de 1939 y mediados de 1945 (en mayo rendición alemana y en
agosto la japonesa), las cuatro potencias (EEUU, URSSS, Reino Unido y Francia)
decidieron juzgar a los responsables del genocidio nazi y todos sus
colaboradores en lo que se conició como los ‘Juicios de Núremberg’, que tuvieron lugar en la mencionada ciudad
alemana (en el Estado de Baviera) entre el
20 de noviembre de 1945 y el 1 de octubre de 1946.

Unos procesos que acabaron
siendo duramente criticados por ambas partes y en los que se condenó a un gran
número de los acusados a la pena de muerte.
Una decena de las ejecuciones (a los acusados de mayor relevancia) se llevaron
a cabo en el gimnasio de la propia prisión de Núremberg, mediante la horca, por dos militares del ejército
de los Estados Unidos (John Clarence
Woods y Joseph Malta
) quince días
después de la finalización de los juicios.

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Pero para llevar a cabo el
resto de ejecuciones (ya fuese a los condenados por colaborar con el nazismo
como a cualquier otro criminal que fuese juzgado y condenado en la Alemania post-nazi)
se necesitaba contar con un grupo de
voluntarios dispuestos a ejercer como verdugos
en las diferentes prisiones a
las que serían enviados.

Estos verdugos voluntarios
en su inmensa mayoría eran delincuentes que estaban cumpliendo condenas en las
diferentes prisiones alemanas y a quienes se les reduciría considerablemente la
pena si trabajaban para la justicia ejecutando a otros presos.

Eso sí, ninguno de esos
nuevos verdugos podía haber tenido vinculación alguna con el nazismo y solo
podían acceder al ‘trabajo’ aquellos que hubiesen sido encerrados por otro tipo
de crímenes no relacionados con la IIGM o el Tercer Reich.

Para la Prisión Central de
Berlín se escogió a como verdugo a Gustav
Völpel
, un delincuente habitual de 44 años de edad que llevaba encerrado
desde inicios de la guerra, pero por motivos ajenos a ésta.

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Gracias a su nuevo empleo, Gustav
Völpel consiguió salir en libertad y tan solo acudía a la prisión para ejecutar
a algún condenado. Dos eran los modos de ejecución que se utilizaba en aquel
momento en Alemania: mediante la guillotina o a hachazo limpio. De esto último
se intentaba prescindir, pero como la guillotina utilizada para las ejecuciones
era itinerante (para ser usada en otras prisiones) no siempre se disponía de
ella y había que recurrir al hacha.

Como no quería mostrar su
rostro durante las ejecuciones, parece ser que su esposa le realizó una máscara
casera que se componía de un antifaz (con un cruz dibujada entre los agujeros
de los ojos) y al que le había cosido un trozo de tele que caía sobre la nariz
y boca (tal y como se puede comprobar en la imagen que ilustra la cabecera de
este post).

El salario que percibía Gustav
por su trabajo de verdugo no era demasiado alto, motivo por el que se decidió a
ganarse un sobresueldo, pero no lo hizo buscando un empleo sino delinquiendo,
algo que lo llevó a unirse a la famosa banda de Gladow (de la que os hablé días atrás en otro post).

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A inicios de 1948 Gustav
Völpel fue detenido por las autoridades berlinesas y pasó dos meses en prisión.
Cuando salió de la cárcel le esperaba trabajo como verdugo y tuvo que llevar a
cabo tres ejecuciones. A finales de ese mismo año fue apresado de nuevo y esta
vez condenado a dos años de prisión y antes de terminar la condena (en abril de
1950) se le juzgó por nuevos cargos y delitos, siendo sentenciado a siete años
en la Prisión de Tegel (en la periferia de
Berlín).

Este fue el motivo por el
que el 10 de noviembre de 1950 no pudo llevar a cabo la ejecución de su antiguo
compinche Werner Gladow, que
fue trasladado a la prisión de Frankfurt para el cumplimento de sentencia.

Gustav Völpel cumplió íntegramente
la condena y salió de prisión en 1957. Poco se supo de su vida posterior
(evidentemente ya no trabajaba como verdugo). Se le perdió la pista y el único
dato que se tiene de él es que falleció en Berlín el 8 de febrero de 1959 a los
58 años de edad.

Fuentes de consulta e
imagen: bz-berlin
/ spiegel / zeit / gettyimages

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