El nombre de Henri
Pélissier figura como uno de los mejores ciclistas que hubo en Francia durante la
década de 1920.
Luchador incansable consiguió convertirse en campeón del Tour de Francia en 1923 y de un gran
número de otras importantes carreras de la época. Junto a sus dos hermanos Francis y Charles forma parte de la historia
del ciclismo francés.
Una de las anécdotas que protagonizó fue en la etapa final
del Tour, en el momento en el que a escasos doscientos metros para
alcanzar la meta y proclamarse campeón fue interceptado por una marabunta de emocionados
espectadores que lo rodearon mientras gritaban su nombre y que le frenaron la marcha que llevaba, provocando que perdiera la ventaja que llevaba sobre su directo competidor y, por tanto, no pudo
ganar la etapa ni se alzó con el triunfo final en la competición.
Además de ser admirado como un gran capeón, Henri Pélissier
fue también conocido por su fuerte carácter y sus múltiples desavenencias con Henri Desgrange
(fundador del Tour de Francia y uno de los hombres más poderosos dentro del
ciclismo en el país galo) en busca de mejoras salariales para el resto de los
ciclistas.
Sabía que era un privilegiado y que había conseguido hacerse rico gracias a sus triunfos, pero también era consciente de que la inmensa mayoría de
ciclistas cobraban unos salarios de miseria. Sus reivindicaciones, como si
de un líder sindicalista se tratara, le ocasionaron muchos enfrentamientos con la prensa, organización
y patrocinadores, al mismo tiempo que era idolatrado por los aficionados al ciclismo.
Cuando decidió retirarse del ciclismo profesional en 1927, a
los 38 años de edad, el carácter de Henri comenzó a volverse más irascible,
comenzó a frecuentar clubes de moda en la época y a abusar del alcohol.
Años atrás se había casado con Hélène Leontine con la que tuvo una hija a la que llamaron Jeanne.
Vivían en una lujosa villa en Fourcherolles.
Pero, desgraciadamente, el fuerte y violento carácter de Henri no solo fue usado para defender
los derechos de sus compañeros, sino también, en más de una ocasión, cuando
llegó a su casa y maltrató a su esposa, quien acabó desesperándose por la
situación y se quitó la vida pegándose
un tiro en la sien en 1930 (algunas fuentes indican en 1933).
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A pesar de la popularidad del ciclista la noticia no se hizo
excesivamente mediática y lo que se publicó sobre el asunto apuntaba a un ‘ataque de locura’ de la esposa de Pélissier
y nada decían de la profunda depresión que padecía Hèléne debido al acoso y
maltrato que sufría por parte de su marido.
Henri no tardó demasiado tiempo en rehacer su vida y pocos
meses después conocía y se enamoraba de Camille
Tharault, veinte años menor que él y a la que conoció en uno de los clubes a
los que solía acudir.
Camille y su hermana menor Jeannine se instaron a vivir en la casa de Fourcherolles junto a
Henri y la hija adolescente de éste.
Aunque el exciclista ya había mostrado a su joven amante su
lado oscuro como hombre violento y agresivo, el gran poder adquisitivo de él
permitía que ellas pudiesen vivir desahogadamente, motivo por el cual no le
tenían demasiado en cuenta sus cambios bruscos de humor (sobre todo cuando
llevaba alguna copa de más).
El 1 de mayo de 1935 Henri recibió invitados en su lujosa
casa (el matrimonio parisino Hirou), quienes fueron a pasar aquél día festivo
con su bebé.
Durante la comida, Jeannine (que contaba con 19 años de
edad) hizo un comentario a los invitados que no agradó a Henri, indicándole que
se fuera inmediatamente a la cocina. Él fue tras ella y comenzó una fuerte
discusión que cada vez iba a más. Camille se interpuso para defender a su
hermana, algo que molestó excesivamente a Pélissier quien entró en cólera y
comenzó a golpear violentamente a su joven amante, hasta hacerla caer al suelo.
Acto seguido Henri volvió a dirigirse a su cuñada y tras
coger un cuchillo de la cocina le hizo unos profundos cortes en la cara a la
joven. Mientras esto sucedía (sin que el matrimonio Hirou hiciera absolutamente
nada para parar lo que allí estaba sucediendo) Camille se incorporó, fue hacia
una habitación contigua y cogió la pistola que allí guardaba Henri (que era la
misma con la que su esposa se había quitado la vida años atrás).
Sin pensárselo dos veces y tras comprobar que Henri estaba
fuera de si y atacaba violentamente a su hermana, Camille disparó el arma,
impactando dos balas en él que le causaron la muerte.
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Esta vez la prensa sí que convirtió en mediática la noticia
sobre el ‘asesinato’ de Henri Pélissier. Tan solo una parte de los periódicos
se posicionó del lado de Camille y vio la muerte del excampeón de ciclismo como
un acto de defensa propia.
Camille fue detenida y un año después (en mayo de 1936) se
celebraba el juicio. La joven renunció a llevar abogado y se autodefendió ella
misma. Durante la vista relató todos los momentos violentos que padeció junto a
Pélissier y al ser preguntada por el motivo por el que, a pesar de sus
maltratos, siguió viviendo con él, la muchacha respondió que en el fondo Henri
no era un mal hombre y que la razón principal por la que aguantó fue porque le
proporcionaba a su hermana y a ella una buena vida gracias a la solvencia
económica que tenía.
El tribunal, tras analizar todas las pruebas y declaraciones
condenó a Camille Tharault a un año de prisión. Tras salir de la cárcel, con el
fin de evitar el acoso de la prensa, la joven cambió de identidad y nunca más
se supo de ella.
Fuentes de consulta e imágenes: Les Femmes Criminelles de France de Serge Cosseron y Jean-Marc Loubier
/ Cycling’s
Strangest Tales: Extraordinary but true stories
de Iain Spragg / memoireetactualite
(pdf) / Diario La Voz
(Hemeroteca Nacional) / Wikimedia
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