El esclavo que aprendió medicina observando a su amo y se convirtió en el primer médico afroamericano de EEUU

Tenemos asociada la imagen de los esclavos negros, que fueron llevados desde África hasta el
continente americano, con los trabajos
más duros en el campo o las tareas domésticas
al servicio de importantes y
acaudaladas familias. Pero algunas fueron las ocasiones en las que un amo requería
los servicios de uno de sus esclavos para que éste realizara otro tipo de
trabajo, como ser aprendiz o ayudante para atender un negocio o comercio.

Este fue el caso de James
Derham
, un esclavo de segunda generación que nació en Filadelfia en 1762 y
a quien su amo, el doctor John
Kearsley Jr.
, decidió
llevar con él para que le echara una mano en la consulta.

El Dr. Kearsley se dio
cuenta que su sirviente (que todavía no había llegado a la adolescencia) era el
más despierto y espabilado de cuantos trabajaban a su servicio, motivo por el
que pensó que el muchacho le sería de gran utilidad a la hora de atender
pacientes.

Entre ambos nació una
especial complicidad, explicándole a muchacho todo lo apasionante que era su
profesión y éste aprendiendo medicina de
un modo veloz y autodidacta
. James Derham tuvo la fortuna de aprender a
leer y poder empaparse de numerosos tratados médicos que había en la consulta
del Dr. Kearsley.

Cuando el joven tenía 15
años de edad su amo falleció y la familia decidió vendérselo a otro médico que podría
aprovecharse de los conocimientos del muchacho.

No se sabe con exactitud el
motivo, pero a lo largo del siguiente lustro, James Derham fue propiedad de
varios médicos de diferentes Estados, llegando finalmente a Nueva Orleans
donde fue adquirido por el doctor Robert
Dove
, con quien trabajó casi más como un colega de profesión que
como esclavo.

Fue tal la amistad que
surgió entre ambos que, en 1783, con 21 años de edad, el Dr. Dove le concedió la libertad a Derham, además de prestar
su ayuda financiera para que pudiera abrir una pequeña consulta médica.

James Derham no tenía
ninguna titulación que lo facultase como médico, pero sus conocimientos lo
habían convertido en uno de los mayores
especialistas de la época en el campo de las enfermedades relacionadas con la
garganta
.

Otra de sus ventajas es que
Derham dominaba a la perfección el
inglés, francés y el español
, lo que le abrió las puertas para ser invitado
a algunos encuentros médicos y conocer personalmente a eminencias de la época.

Abrió una consulta en Nueva
Orleans y trabajando allí le pilló una terrible epidemia de fiebre amarilla que en 1789 acabó con la vida de miles
de personas en todo los Estados Unidos, siendo especialmente virulento en el de
Luisiana donde Derham ejercía. Según consta, de las docenas de pacientes que
atendió por tal enfermedad, tan solo fallecieron 11.

Algunas crónicas de la época
reportan que alcanzó tanta fama que, en tan solo un año, había ganado alrededor
de tres mil dólares; toda una fortuna para la época y más teniendo en cuenta que
se trataba de un ex-esclavo afroamericano.

Pero el hecho de no tener un
título que lo abalara como médico provocó que tuviese que abandonar la práctica
tras la publicación, en 1801, de una ley que regulaba dicha profesión y por la
que era imprescindible haber pasado por la facultad y obtenido la correspondiente
titulación para poder ejercer.

De la noche a la mañana, James
Derham, considerado el primer
afroamericano que ejerció como médico en EEUU
, tuvo que cerrar su consulta
y nada más se supo de él, desapareciendo todo rastro de su persona a partir de 1802
(cuando tenía 40 años de edad y un prometedor futuro en la medicina).

Fuentes de consulta e imagen: aaregistry.org / The World Book Encyclopedia / americacomesalive
/ epps-alford / The
Philadelphia Sunday (philasun)

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