Cuando Joe DiMaggio y Frank Sinatra protagonizaron una lamentable metida de pata

La noche del viernes 5 de noviembre de 1954, en el restaurante Villa Capri de Hollywood, se recibió una llamada telefónica en la que el interlocutor (Barney Ruditsky) solicitaba hablar con Joe DiMaggio, uno de los clientes que allí se encontraba y que, tras haber cenado, estaba tomando unas copas, distendidamente, con su amigo Frank Sinatra.

La persona que realizaba la mencionada llamada era un investigador privado que había sido contratado por el célebre jugador de béisbol y le comunicó que, Marilyn Monroe, esposa de DiMaggio, en aquel preciso instante se encontraba en un apartamento junto a su amante.

Monroe y DiMaggio llevaban casados algo menos de diez meses y hacía apenas unos días que la famosa actriz había presentado una demanda de divorcio, cansada del continuo maltrato (físico y psicológico) al que su esposo la sometía.

Por su parte, DiMaggio quería defender su honor e imagen presentando pruebas de infidelidad de su mujer, motivo por el que contacto con la agencia de investigación privada de Fred Otash, uno de los personajes más turbios del Hollywood de la época, especialista en descubrir trapos sucios de las estrellas (y también de tapar algunos escándalos) que había sido expulsado del cuerpo de policía unos años atrás y que, además, era famoso por usar métodos de investigación algo turbios (aparte de dedicarse a chantajear a algunos de sus investigados con la información que disponía).

Fred Otash había encargado hacerse cargo del seguimiento de Marilyn Monroe a uno de sus investigadores menos experimentados (Phil Irwin, de tan solo 21 años de edad) y este fue quien, sin ser consciente de su error, provocó que DiMaggio y Sinatra protagonizaran una de las metidas de pata más antológicas de la época.

Aquella tarde, el joven Phil Irwin siguió a Marilyn Monroe, tal y como le había encargado su jefe, conduciendo la estrella de cine su llamativo Cadillac hasta unos apartamentos que se encontraban en el cruce de Kilkea Drive y Waring Avenue, en Los Ángeles. Acto seguido se dirigió a una cabina telefónica que había en la misma esquina y llamó a la agencia, comunicando el paradero de la actriz.

Barney Ruditsky (socio de Fred Otash que se encontraba de guardia en la agencia) llamó a Joe DiMaggio al restaurante Villa Capri, comunicándole la localización del lugar donde Marilyn Monroe se encontraba teniendo un encuentro con su amante (que se suponía que era el músico y entrenador vocal, Hal Schaefer).

Tras atender la llamada, el rostro de DiMaggio cambió por completo y totalmente fuera de sí decidió presentarse en aquel apartamento, con el fin de obtener pruebas de la infidelidad extramatrimonial de su esposa y usarlo contra ella durante la demanda de divorcio que ésta había presentado.

Frank Sinatra decidió acompañar a su amigo, empatizando completamente con DiMaggio, debido a que también atravesaba una mala época con su esposa Ava Gardner (mantenían una tormentosa relación de continuas separaciones y reconciliaciones) y a estos dos los acompañó también el propietario del Villa Capri, así como un par de empleados del restaurante.

Llegaron al cruce de Kilkea Drive y Waring Avenue poco después de las once de la noche y tras decidir cómo debían de obrar, finalmente decidieron que entrarían por sorpresa en el apartamento, rompiendo la puerta con un hacha y que, en el momento de pillar infraganti a Marilyn Monroe junto a su amante, los fotografiarían para tener pruebas de la infidelidad extramatrimonial.

Y así lo hicieron… Tras destrozar la puerta del apartamento, que el joven Phil Irwin les indicó que se encontraba Marilyn Monroe, Joe DiMaggio y Frank Sinatra entraron violentamente en el domicilio, portando uno de los acompañantes una cámara fotográfica que disparó en el mismo instante en el notaron la presencia de una mujer allí dentro estaba, estando convencidos que se trataba de la actriz.

Pero aquel fogonazo del flash no cegó por sorpresa a Marilyn Monroe o su supuesto amante, sino a Florence Kotz, una secretaria, soltera y de 39 años de edad, que allí residía.

El séquito de DiMaggio había irrumpido en un apartamento equivocado, dando un susto de muerte a Florence Kotz quien no sabía qué era lo que estaba pasando y qué hacían aquellos hombres allanando su domicilio.

Diez meses después, en septiembre de 1955, la revista sensacionalista ‘Confidential’  publicaba en portada y con un largo artículo en sus páginas interiores la rocambolesca historia sobre cómo Joe DiMaggio y Frank Sinatra irrumpieron erróneamente en el apartamento de Florence Kotz, en una épica metida de pata que sería conocida como ‘Wrong Door Raid’ (Ataque en la puerta equivocada), convirtiéndose en uno de los escándalos más comentados en la época, a la vez que se hizo una gran mofa de DiMaggio y Sinatra, a los que se les trató de tontos y torpes.

El asunto llegó a alcanzar tal dimensión que incluso, Joe DiMaggio y Frank Sinatra, tuvieron que declarar ante el Gran Jurado del condado de Los Ángeles.

Como dato curioso, indicar que, 1957, DiMaggio y Sinatra rompieron su amistad, tras sospechar el jugador de béisbol que el actor y cantante había tenido una aventura amorosa con su exmujer Marilyn Monroe.

Fuentes de consulta e imagen: playgroundtothestars / nytimes / silverscreenstarsandcinema / latimes

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