El mayor escándalo sexual en el Hollywood de los años 20

Los años 20 del pasado siglo tuvieron una gran relevancia por multitud de cosas: el espíritu de liberación que contagió a la población, las importantes producciones cinematográficas en la era de oro del cine mudo en Hollywood y el momento de auge que tuvo la prensa convencional en el momento que dio el paso a convertirse en sensacionalista y amarillista.

Las estrellas del celuloide necesitaban una prensa que estuviera acorde con su modo de vida, pero también que informase de todo aquello que sucedía en la meca del cine y que el gran público desconocía: los trapos sucios de las estrellas.

Se puede decir que el gran escándalo con el que la prensa amarillista del momento se cebó fue el que tuvo en el punto de mira a Roscoe Arbuckle, el actor cómico de cine mudo que en 1921 era el mejor pagado en Hollywood, tras haber firmado un contrato con la Paramount por un millón de dólares por tres años.

Al actor, más conocido con el nombre de ‘Fatty Arbuckle’ (a causa de su sobrepeso), nunca le gustó rodar gags cómicos relacionados con su gordura (como quedar atrapado en una silla o no caber por una puerta, muy típicas en la época del cine mudo) debido a que tenía un gran complejo. También era conocido por ser una persona excesivamente tímida y cuya relaciones sociales se limitaban a muy pocas personas.

A pesar de todo ello, hacía el esfuerzo de relacionarse con otras personas y acudir a eventos (a pesar de que los odiaba).

Pero, involuntariamente, Roscoe ‘Fatty’ Arbuckle se vio envuelto en el que se consideró como el primer y mayor escándalo sexual en el Hollywood de los años 20, tras ser acusado de abusar y violar, en una fiesta celebrada en un hotel de San Francisco, a la joven actriz Virginia Rappe, quien falleció cuatro días después de los hechos.

La prensa sensacionalista se ocupó de realizar un juicio paralelo, publicando un día tras otro escabrosos e hipotéticos relatos de lo que podría haber sucedido en una de las suites del Hotel St. Francis, alquiladas para celebrar una fiesta el 5 de septiembre de 1921, fecha en la que, por aquel entonces, se celebraba en EEUU el Día del Trabajo.

En realidad Virginia Rappe había fallecido a causa de una peritonitis, al reventársele la vejiga mientras se encontraba en la habitación contigua a donde se celebraba la fiesta (a la que acudió con Henry Lehrman) y que casualmente era la de Arbuckle. Fue éste quien la encontró tumbada en el suelo retorciéndose por los grandes dolores que tenía y quien avisó a los otros asistentes para mandar llamar a un médico de urgencia.

Un hecho casual que derivó en una acusación por parte de la fiscalía por violación y homicidio involuntario. Docenas de hipótesis sobre lo sucedido aquel día llenaban las páginas de los diarios e iban corriendo como la pólvora gracias al boca a boca, deformando totalmente la verdadera historia.

Llegó a decirse cosas cómo que se le reventó la vejiga a causa del sobrepeso de Roscoe Arbuckle, también por el tamaño de su miembro viril e incluso hubo quien se atrevió a asegurar que la joven había sido brutalmente penetrada con una botella (unos dijeron que de Coca-Cola y otros de cava o whisky).

Se realizaron un total de tres juicios, siendo anulados los dos primeros y declarado Arbuckle en el último como ‘no culpable’, ya que ninguna de las pruebas presentadas por la fiscalía se sostenían, al igual que las declaraciones y testimonios aportados.

A pesar de realizarse todo este proceso de una manera rápida, ya era demasiado tarde para reparar la imagen del actor, viendo éste como se le cancelaba el contrato con la Paramount, se retiraban de los cines todas las películas por él protagonizadas y perdía toda su fortuna, siendo su casa embargada, además de tener que pagar la astronómica cifra de 700.000 dólares al bufete de abogados que llevó su defensa.

Si algo le quedaba le fue confiscado tras ser acusado y pagar la multa que se le impuso por saltarse la Ley Seca y haber transportado en su automóvil las botellas de whisky que se consumieron en la mencionada fiesta.

La vida personal y profesional de Roscoe ‘Fatty’ Arbuckle cayó en una espiral de desgracias, estando cerca de diez años sin protagonizar ni un solo filme y con una desastrosa vida sentimental de varios matrimonios fallidos y sus posteriores divorcios.

Cayó en el alcoholismo, algo que no le ayudó para mejorar su imagen de cara a la industria cinematográfica. Pero, gracias a la inestimable ayuda de su gran amigo Buster Keaton, Arbuckle consiguió un empleo para comenzar a trabajar en 1925 como director de cine, bajo el seudónimo de William Goodrich, nombre con el que dirigió alrededor de una cuarentena de películas hasta 1933, en el que con tal solo 46 años de edad sufrió un ataque al corazón mientras dormía.

El propio Buster Keaton declaró que a su amigo se le había parado el corazón porque lo tenía roto de tristeza.

Con el transcurrir de los años se fueron conociendo más datos sobre el trágico incidente por el que falleció Virginia Rappe, existiendo numerosas pruebas que demostraban que la joven había fallecido a causa de reventársele la vejiga por culpa de un chapucero aborto que le habían practicado pocas horas antes, tras quedar embarazada del director Henry Lehrman, quien la había obligado a interrumpir dicho embarazo.

Como apunte anecdótico a esta historia, cabe destacar que Alfonso XIII, gran aficionado al cine como ya os hemos comentado en anteriores ocasiones, era un seguidor incondicional de las películas cómica de Roscoe ‘Fatty’ Arbuckle. En cierta ocasión recibió la visita de la famosa y prestigiosa guionista de Hollywood Anita Loos y tras explicarle ésta toda la historia sobre el escándalo y muerte de Virginia Rappe (cuando aún se tenía el convencimiento de que había sido violada) la respuesta del monarca, refiriéndose al actor, fue: «Qué mala suerte, si esto le puede pasar a cualquiera».

Fuentes de consulta: silent-movies / crime library