La Feria Mundial de 1939 celebrada en Nueva York pretendió abrir una puerta al futuro tras años de depresión y crisis económica en el país. Las grandes industrias apostaron por la innovación y la tecnología e intentaron presentar al público inventos y artilugios más propios de la ciencia ficción que de la realidad.
La empresa estadounidense Westinghouse fue una de las que llegó a impresionar con sus proyectos presentados. Por primera vez, el público tendría la oportunidad de ver en directo aquello que solamente había podido contemplar en películas o en novelas de ciencia ficción: un robot
Joseph Barnett, ingeniero de Westinghouse, logró crear a Elektro, un artilugio lo suficientemente sofisticado para la época y capaz de dejar boquiabiertos a los presentes.
Elektro era un humanoide que medía 2 metros y 10 centímetros y pesaba 120 kilos, aproximadamente. Era capaz de realizar 26 movimientos diferentes, así como fumar y caminar. También tenía los sentidos desarrollados: podía ver gracias a unas células fotoeléctricas insertadas en sus ojos, y hablar, fruto de un aparato reproductor incorporado con un disco en el que había grabadas 700 palabras.
Los visitantes del stand de Westinghouse quedaron impresionados con lo que estaban viendo. El progreso había llegado y se estaba dando un importante paso hacia el futuro.
Fruto del extraordinario éxito que cosechó la Feria Mundial de Nueva York, los organizadores decidieron volver a abrir las puertas de la exposición y poner en marcha una nueva en 1940.
Westinghouse volvió a presentar a Elektro, pero esta vez venía acompañado de una mascota: Sparko. El nuevo invento consistía en un robot con forma de perro Terrier. Podía ladrar, posarse sobre sus dos patas traseras y seguir sencillas instrucciones que se le indicaban.
Tras la Feria, la fama alcanzada llegó a tal punto que los robots fueron llevados de gira por todo el país, llegando incluso a cruzar el charco.
Elektro participó en varios films y, a finales de los años 60, el androide fue desmontado cuando su creador, Joseph Barnett, se jubiló. Su cuerpo fue vendido como chatarra y solo se rescato su cabeza, que se entregó como recuerdo al ingeniero.
La historia de Sparko fue algo más trágica. Según indican las fuentes, el “perro” deambulaba en 1957 por las instalaciones que Westinghouse tenía en California; cuando salió al exterior, fue atropellado por un automóvil que pasaba en aquel momento por allí. Un final triste para un invento histórico.
Post publicado originalmente para Yahoo! Noticias España el 2/8/2011:
https://es.noticias.yahoo.com/blogs/cuaderno-historias/elektro-y-sparko-los-primeros-robots-del-siglo-123846208.html